viernes, 7 de enero de 2011

Madurez: Cuestión de despertar



-Mamá, ¿Qué es madurar?
-Yo diría que es como un despertar

Tal vez mi mamá tenía razón, para variar. A medida que fui creciendo, entendí que madurar efectivamente es despertar y ver la vida de otra manera. Te das cuenta que cosas que antes ni veías, ahora las ves. Es, quizás, aceptar los cambios que vienen en la vida y saber cuándo es tiempo de cambiar, considerando que algunos cambios llevan mucho tiempo. 
Por eso es tan difícil ser adulto, porque no se trata de edades, si no de actitudes, porque tienes que saber quién quieres ser realmente y querer hacerte cargo de lo que elijas. Es por aquellas y otras razones por las que algunas personas eligen quedarse en el camino de la inmadurez, porque prefieren no despertar a la realidad, no relacionarse con la responsabilidad de sus actos. 
Claro, madurar es complicado. Es tomar iniciativas. Es tomar desiciones nosotros mismos y saber a qué cambios queremos llegar y cuánto tiempo darles. Es totalmente diferente dejar pasar el tiempo que darle tiempo a algo. Dejar pasar el tiempo es acobardarse de hacer lo que quieres hacer cuando quieres hacerlo. En cambio, cuando le das tiempo a algo lo dejas madurar. Es tener el coraje de saber esperar cuando algo no se da. 

Tarde o temprano, nuestra irreflexión se va y es ahí donde uno está preparado para madurar, para empezar una nueva vida. Yo creo que para eso hace falta decir adiós a todo lo que nos hace daño, como las cosas que nos separan de la realidad y sonreírle a todo lo nos hace bien, nos da experiencia y nos hace crecer. Una filosofía. Es tiempo de despertar.