martes, 28 de mayo de 2013

Pensar te necesito

A veces me gustaría no tener que pensar que te necesito, 
porque eso significa que no estás ahí cuando lo hago.
Me duele el corazón como hace mucho tiempo,
me duele pensar en nosotros.

Pensar que te amo y te juzgo todo el tiempo, ¿será que no te amo?
Porque dicen que si juzgas no tienes entonces tiempo de amar…
¿Pero quién no puede juzgar inconscientemente?
Intento cambiar, ser mejor para ti, para mí...
Quiero, pero para fracaso en el intento. Siempre habrá un escalón más que pisar.
Quiero, pero duele de todos modos. Siento algo en el estómago, una tristeza, quizás, decepción…

¿Somos extraños o amantes? Da igual

domingo, 3 de marzo de 2013

De nuevo, tú

Qué raro se siente cuando se invierten los papeles, aunque no sé que tan invertidos estén.
Qué raro es verte del otro lado, buscando quién te acompañe en tus horas de soledad.
Qué raro es lo que prometes, aunque se me hace familiar lo que dices.
Qué raro es saber que mañana, estarás…

Me gustaría ser sincera, pero creo que ya lo he sido. ¿Sabes leer miradas? Entonces ya te lo he dicho todo. ¿Qué me traerás ahora? No creo que solo distracción, algo más siempre has de traer, algo más que pueda aprender de ti.
Hoy soy más fuerte, espero que lo suficiente para aprender y retirarme con la cabeza en alto.

¿Mi talón de Aquiles o mi As bajo la manga? ¿Mi debilidad o mi mejor jugada?

Será que ambos nos buscamos mutuamente:
Tú cuando te acuerdas, yo cuando lo necesito...


sábado, 7 de enero de 2012

Cuando pienso


Hay días en los que pienso que soy importante, otros días en que no existo.
Hay días en los que pienso que cada persona es única, y otros en que todos son iguales.
Hay días en los que pienso que duele caerse y otros que vale la pena aprender de los errores.
Hay días en los que pienso que la venganza es dulce y otros en que el amor es el arma más fuerte.
Hay días en los que pienso que estoy sola, otros días en los que la gente me sofoca.
Hay días en los que pienso que estoy feliz y otros días en que la depresión me carcome.
Hay días en los que pienso que no se nada y otros que aprendo demasiado cada día.

Hay días en los que simplemente no pienso… y es ahí donde es más fácil encontrar la sabiduría, porque uno se concentra solo en sentir.

viernes, 6 de enero de 2012

Te vi pasar


Hoy te vi, después de mucho tiempo.
Quizás aún sea tan ridícula como antes, pero es solo cuando te veo, podría jurarlo.
A veces me pregunto: ¿cómo puedo mirarte y disimular tan bien que no me importas, aunque te estuviese gritando con los ojos lo contrario?
Tu me devuelves la vista, esa que me falta. Simplemente te se reconocer.
Te vi pasar tan cerca… y tan lejos a la vez.
Estás tan ocupado caminando hacia algún lugar, y yo ocupada viéndote…
Te vi buscando qué mirar, y yo esperando que no me mires, pues quizás en ese momento pierda la cordura.
Y como si fuese cosa del destino nuestra canción empezó a sonar en mi iPod y no pude evitar sentirme un poco triste…

Te vi pasar y, como si fuese costumbre, también vi como te fuiste alejando lentamente.

Eso siento


Siempre hay una razón para no sentirse lo suficientemente bueno…
Las memorias, los recuerdos a veces no ayudan.

Sí, es verdad, duele equivocarse, duele mucho... pero duele más no levantarse nunca.
Duele llorar, duele sentir cada lágrima pesada cayendo, pero duele más cuando no las dejas caer…
Duele verse en la oscuridad, pero duele más no querer buscar la luz…
Duele sentir y entregarlo todo, pero duele mucho más negarse a sentir…
Sí, duele equivocarse, duele meter la pata, pero duele más no arriesgarse.

Y cada vez que siento un dolor así, es como si mi alma estuviera clavada al cuerpo, justo amarrada en la boca del estomago, sin dejarla volar, sin dejarla ser. Eso siento.

miércoles, 4 de enero de 2012

Cuando al final le hacen falta los puntos suspensivos.


Palabras confusas. Una seña. Varios gestos.
Un rechazo. Un corazón aún latente de tanto frío.
Y percibí en silencio el desnudar de tus versos,
Y desde entonces te pierdo en el papel cuando escribo.

Tras un suspiro eterno cayó la madrugada,
y del mismo modo tu mirada sobre la mía.
tú aterrizando, yo atrapada;
con aquel eclipse que al mirarte se producía.

Ese fue el preludio del soñar de mis ojos,
mientras tú con aves de paso emprendías tu vuelo,
y cada vez más grande el antojo
y cada vez, yo más lejos del cielo.

Mi deseo se convirtió en un derroche de masoquismo,
que ni Neruda entendería en una noche estrellada.
Pues más de mi corazón tirabas al abismo,
más deseaban mis pupilas tu mirada.

Y cuando el miedo parecía las manos desatarme,
cuando la primavera parecía existir en cada periodo.
Ahí, cuando me di cuenta, ya jugabas a ganarme,
sabiendo que en ese instante lo había perdido todo.

Fue buscando libertad, que me ofreciste una cadena,
al ponérmela, mi alma dependió de los demás.
Ayer fui un poco tuya, hoy de esta pena,
de pensar en ti cuando tú lo haces en alguien más.

¿Cómo puedo mirarte ahora y repentinamente
mentirte de varias maneras?
Tal vez mi orgullo mantiene arriba mi frente.
Desde que tú decidiste amar a cualquiera.

Fue muy tarde que aprendí que al destino
no se le debe nunca ni apostar ni vender,
que no debes cambiar tu camino,
por alguien que no crea ni en el de él.

Y así te fuiste sin un adiós, ni un hasta luego
con otra ilusión, diciendo que te había perdido.
Pero suelo preguntarme aun cuando puedo:
¿cómo puedes perder lo que nunca has tenido?

jueves, 24 de noviembre de 2011

Sabine...



...Respirando profundamente pensó: ''Sabine, ¿Dónde estás?''
Y entrando al taxi cerró los ojos por unos segundos. Sin embargo, ella no se había ido, algo le quemaba el corazón. Abrió la ventana y el aire frío rozó su rostro, del mismo modo en que ella lo hacía. Se apoyó contra la luna y dando un largo suspiro se dio cuenta que en ese momento estaba perdiendo algo más que el aliento. Transcurridos unos minutos, empezó a ahogarse en el silencio de la noche y en el sonido del motor.
''El orgullo me obligó a dejarte ir hace unos años'', pensó mirando la cadena que Sabine había olvidado en su auto, mientras Fabiana se hallaba perdida mirando las calles, junto con el fracaso que inundaban sus ojos. ''Pero la vida es muy corta para cometer la misma mierda por segunda vez''...