viernes, 20 de agosto de 2010

Es algo más que eso


Dilo. Eso que te mueres por decir, significa algo. Todo tiene un fin.
Pero, ¿qué pasa si es solo eso, un fin?... el final de algo, y por lo tanto un nuevo comienzo. Otro nuevo comienzo. Siempre pensé que la vida era cuestión de eso: comienzos y finales. El corazón busca lo que no tiene y se mantiene así, en una constante búsqueda.
Busca porque necesita amar, no busca quién lo ame. Busca porqué luchar. Busca nuevas metas, nuevas ilusiones. El corazón no piensa solo en si mismo.
Tu eliges. Lo que quieres decir y lo que no. Lo que quieres hacer y no hacer. A quién quieres querer. Si quieres dar una parte de ti a otra persona. Si quieres formar un "nosotros".
¿Qué puede significar ese "nosotros"? Creo que es en parte no soltarse las manos. Algo más que simplemente juntar y apretarlas. No entregas algo que te sobra. Entregas algo tuyo, que deja de ser tuyo para ser de ustedes, de ese "nosotros".

domingo, 15 de agosto de 2010

¿Qué cambio quiere, señorita?


A veces la mente confusa de un individuo contagia a la del otro. A veces sentir no es seguro. A veces no encuentras respuestas para nada y a la vez le encuentras una lógica a todo.

Si la palabra ''a veces'' fuera un ''siempre'', podríamos, quizás, resumir mis pensamientos. Siempre tan vacíos, tan perturbados. Relatos de momentos en caigo en la confusión, me pierdo y no entiendo nada. No sabes si es mejor olvidar o crear recuerdos. Con mil dudas en la cabeza, no sabes cómo reaccionar, qué hacer, qué decisión tomar.
Una situación parecida a ir a un restaurante y cuando llega el mozo aún no sabes qué pedir. ''Puede elegir cualquier cosa de la carta, tenemos los mejores menús sobre decisiones. La pregunta es: ¿qué cambio quiere, señorita?''. Esta vez me gustaría el cambio que no me haga sufrir.

jueves, 12 de agosto de 2010

ilusiones


Es algo que todos tenemos, que muchas veces deseamos y sentimos, por lo tanto nos hace actuar. Eso es lo que la sociedad llamaría ilusión. Ilusiones que se van pero nuevas llegan y siempre nos acompañan. Es una fuerza de empuje. Un motor de energía. Eso que te da motivos sin razones, que te impulsa y te emociona. Eso que es sentir en un tono menos, que se apodera de tu mente y se vuelve un vicio. De pronto en la ilusión encuentras alimento para el alma y te das cuenta que no eres solo un cuerpo, que hay algo dentro de ti, algo que no es algo, que eres tú, que podríamos llamar alma o quizás podríamos llamar vida.

Las ilusiones son como estrellitas que vas encontrando en el camino, que lo iluminan, y que quizás cuando volteas desaparezcan en un instante, en un descuido. Es algo que queremos hacer eterno, que lo sentimos eterno, que no creemos que terminará, pero ¿qué pasa si termina? No podemos impedir la decepción ni evitar desilusiones, pues es algo que siempre va a ocurrir. El circuito interminable de la vida. El corazón se puede convertir en un cementerio de ilusiones muertas si es que no encuentras nuevas por las cuales luchar. Pueden ser solo infinitos recuerdos, sueños sin terminar, fantasías sin resolver. Pero, ¿las ilusiones pueden convertirse en algo más que solo ilusiones? definitivamente sí, solo depende de uno mismo.


sábado, 7 de agosto de 2010

La vida te da sorpresas


Una necesidad de escribir se posó un día de agosto, respirando el aire de un atardecer casi por concluir. Al volver, siendo invierno, se siente el cálido de la primavera al pensarte, cálido como la luz de una vela que nunca se apagó. La mirada esta empañada con un secreto en cada lágrima sin derramar. El piano destempla el alma. Sus notas se vuelven mi lira y cubren un silencioso llanto. Y de pronto siento aún tu esencia en el aire.

Me di cuenta entonces que algo había cambiado. Por mucho tiempo viví entre palabras mudas y miradas blancas. Nada me llenaba, no era lo que buscaba, lo que quería sentir. La misma rutina de caer en un suelo áspero y el mismo orgullo al levantarse iban desvaneciendo mis ganas de encontrar lo que faltaba. Y un día sin darme cuenta, todo lo que pedía, lo que esperaba apareció frente a mis ojos y de pronto me fui quitando aquellas cargas que sobrepesan. ¿Será que Rubén Blades tenia razón y la vida te da sorpresas? Sorpresas que no dejaré de agradecer.