sábado, 7 de agosto de 2010

La vida te da sorpresas


Una necesidad de escribir se posó un día de agosto, respirando el aire de un atardecer casi por concluir. Al volver, siendo invierno, se siente el cálido de la primavera al pensarte, cálido como la luz de una vela que nunca se apagó. La mirada esta empañada con un secreto en cada lágrima sin derramar. El piano destempla el alma. Sus notas se vuelven mi lira y cubren un silencioso llanto. Y de pronto siento aún tu esencia en el aire.

Me di cuenta entonces que algo había cambiado. Por mucho tiempo viví entre palabras mudas y miradas blancas. Nada me llenaba, no era lo que buscaba, lo que quería sentir. La misma rutina de caer en un suelo áspero y el mismo orgullo al levantarse iban desvaneciendo mis ganas de encontrar lo que faltaba. Y un día sin darme cuenta, todo lo que pedía, lo que esperaba apareció frente a mis ojos y de pronto me fui quitando aquellas cargas que sobrepesan. ¿Será que Rubén Blades tenia razón y la vida te da sorpresas? Sorpresas que no dejaré de agradecer.

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